Máquinas que Alimentan, Marcas que Hablan sin Gritar y una IA que Nos Mira de Frente

En esta edición, exploramos tres formas poderosas —y profundamente distintas— en las que se está moldeando el presente: desde una máquina expendedora que reparte comida saludable con propósito, hasta la silenciosa pero dominante estrategia de Coca‐Cola para ganar territorio sin necesidad de campañas estruendosas. Cerramos con una advertencia directa de uno de los líderes más influyentes en IA: Dario Amodei, quien sugiere que el futuro de la inteligencia artificial podría llegar antes de lo que imaginamos. Tecnología, consumo y ética se cruzan aquí. No es solo una edición: es una invitación a pensar lo cotidiano con ojos nuevos.

Noticias: 📰

La predicción de Amodei: una alerta temprana a la sociedad.

Dario Amodei no lanza advertencias al viento. En la entrevista que sacudió el cierre de mayo de 2025, el CEO de Anthropic disparó una predicción que ya resuena como campanada de emergencia global: hasta el 50 % de los empleos de nivel inicial en áreas administrativas podrían desaparecer en los próximos cinco años. No se trata de ciencia ficción ni de hipótesis sin fundamento. Es el pronóstico de uno de los arquitectos de la inteligencia artificial contemporánea, basado en una evidencia demoledora: la IA ya está haciendo muchas tareas humanas con mayor rapidez, precisión y a un costo casi marginal.

Este no es un cambio paulatino. Es una transformación con doble ritmo: primero sutil, luego súbita. Lo que hoy es un asistente, mañana será un reemplazo. Lo que hoy parece herramienta, mañana será protagonista. El campo de batalla no es abstracto: se libra en consultorías, despachos legales, oficinas de finanzas y departamentos de TI. Y los primeros en caer podrían ser los más jóvenes, los recién egresados, quienes históricamente entraban por la puerta del entry-level para construir experiencia.

Amodei lanza un desafío brutal: dejar de endulzar el discurso. Llama a gobiernos y empresas a abandonar la complacencia. A reentrenar a millones. A diseñar planes de redistribución de riqueza. A repensar la forma en que formamos, contratamos y promovemos talento.

Porque esta no es solo una revolución de software. Es un sismo en el modelo económico y social que ha regido las últimas generaciones. El dilema ya no es si la IA desplazará empleos. Es si nosotros, como sociedad, seremos lo suficientemente audaces, rápidos y justos para anticiparnos al impacto. El reloj ya está corriendo.

Marketing: 📢

Cómo Coca‑Cola Ganó el Terreno sin Gritar: La Lección de Marketing Detrás de Cada Refrigeradora Roja

@puromerca

Coca-Cola entendió que para acompañar a cada taco, tenía que estar en cada taquería. 🌮❤️ Su estrategia no fue un comercial, fue presencia.... See more

En el corazón de cada barrio, en la esquina de cada tienda y en el alma de cada fondita, Coca‑Cola tejió una red invisible pero poderosa. No lo hizo con anuncios millonarios ni con campañas virales. Lo hizo con una táctica simple, audaz y profundamente estratégica: colocar refrigeradoras personalizadas en cada punto de venta posible. Lo que parecía un gesto práctico —mantener la bebida fría— era en realidad una jugada maestra de marketing de campo que moldeó generaciones enteras de consumo.

Estas neveras no solo enfriaban latas. Enfriaban percepciones, instalaban confianza, y transformaban el entorno. Cuando un comerciante recibía una refrigeradora con el rojo vibrante y el logo inconfundible, se sellaba una alianza tácita. Coca‑Cola se convertía en garante de frescura, y el local en embajador involuntario de la marca. Esa misma lógica se extendió con mesas, sillas, sombrillas. Coca‑Cola no vendía solo una bebida: vendía la experiencia de estar, de compartir, de refrescarse en comunidad.

La estrategia era más profunda de lo que parecía. A través de lo que la economía llama “exclusive dealing”, la compañía ocupaba físicamente el territorio comercial. Bloqueaba vitrinas a la competencia, fidelizaba comerciantes al darles infraestructura gratuita, y moldeaba la estética urbana con una coherencia visual que decía sin palabras: “Aquí hay Coca‑Cola, aquí hay calidad”.

Este programa, aunque hoy pueda parecer clásico, sigue siendo una lección viviente para el marketing moderno. En un mundo saturado de pantallas, banners y algoritmos, Coca‑Cola nos recuerda el poder del contacto real, del objeto útil, del branding encarnado en algo tangible. Porque a veces, ganar el corazón del consumidor no requiere mil impactos digitales. Solo basta estar ahí, frío, confiable y presente, cada vez que alguien abre una puerta de vidrio.

Negocios en Latinoamérica: 📈

FEED: La Revolución que Puso Comida Consciente en una Máquina y Propósito en Cada Bocado.

@somosfeed

De vender sopas a preparar +3000 platos por día 🤯 Fue un largo camino recorrido pero cada día estamos más orgullosos de donde estamos y ha... See more

En el corazón de Buenos Aires, tres mujeres decidieron desafiar lo establecido y reinventar el vínculo entre alimentación, tecnología y propósito. Así nació FEED, una empresa que comenzó en 2009 como un puesto de sopas en el Konex y que hoy revoluciona oficinas con máquinas expendedoras de comida saludable, fresca y consciente. En un país donde lo fácil suele ganarle a lo saludable, FEED alza la voz con una propuesta radical: comida real, disponible 24/7, sin conservantes, sin excusas.

Lo que parece una simple máquina vending es, en realidad, una declaración de principios. Ensaladas que rotan cada semana, wraps que parecen salidos de una cocina artesanal, postres veganos o sin azúcar, todo preparado con ingredientes de estación y proveedores locales. Su modelo “Food + Tech” combina e-commerce, logística de precisión y gestión digital para garantizar que lo fresco nunca sea un lujo. Empresas como Mercado Libre o Banco Galicia ya lo entendieron: alimentar bien a sus equipos es invertir en bienestar, productividad y coherencia con sus valores.

Pero FEED va más allá del plato. Como Empresa B, promueve inclusión, reciclaje, neutralidad de carbono y formación interna. Comparte manuales, escucha a su gente, se adapta. No busca volumen, busca impacto. Y aunque escalar sin perder frescura y esencia sea un reto, su historia demuestra que sí es posible transformar el entorno desde la comida.

FEED no vende snacks. FEED alimenta un cambio. Una cultura donde comer bien, cuidar el planeta y dignificar el trabajo no es una utopía, sino una máquina que —literalmente— ya está instalada en cientos de oficinas. Y esto, apenas comienza.

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