Conexiones que Dejan Huella: Del Sabor que Une al Protocolo que Coordina

En esta edición exploramos el poder de las conexiones que transforman. Desde The Tamale Company, una marca tex-mex nacida del amor y la tradición que está conquistando paladares en todo Estados Unidos, hasta el protocolo A2A de Google, que marca un hito en la colaboración entre inteligencias artificiales. También analizamos cómo los triggers en marketing permiten a las marcas permanecer en la mente del consumidor sin necesidad de gritar. Tres historias, una misma lección: cuando el mensaje es auténtico, el vínculo perdura.

Noticias: 📰

Google Presenta Agent2Agent: Un Protocolo para que las IAs Aprendan a Colaborar.

En abril de 2025, Google presentó el protocolo Agent2Agent (A2A), una pieza clave en la evolución del ecosistema de inteligencia artificial. Lejos de ser una revolución inmediata, A2A representa un paso firme hacia la interoperabilidad entre inteligencias artificiales desarrolladas en entornos diversos. Antes de este avance, la IA funcionaba como un archipiélago de islas brillantes pero desconectadas: sistemas potentes, entrenados para tareas específicas, incapaces de comunicarse entre sí sin integraciones costosas, traducciones complejas o acuerdos exclusivos. A2A propone, por fin, un lenguaje común para que los agentes digitales puedan colaborar sin fricciones, sin importar quién los haya creado o bajo qué infraestructura operen.

La semilla de este cambio había sido plantada meses antes con el lanzamiento del Model Context Protocol (MCP) de Anthropic. MCP estableció un estándar abierto que permitía a los modelos de lenguaje conectarse con fuentes de datos y herramientas del mundo real, facilitando su integración sin depender de soluciones personalizadas. Sin embargo, MCP resolvía solo la mitad del problema: la conexión con el entorno. Faltaba aún resolver la colaboración entre inteligencias. A2A vino a cerrar ese círculo.

Imagen obtenida desde el blog de desarrolladores de Google. Presenta las empresas e instituciones que colaboraron en el desarrollo de A2A.

Basado en tecnologías ampliamente adoptadas como HTTP, SSE y JSON-RPC, A2A no inventa la rueda, pero sí la estandariza. Permite que los agentes compartan información, coordinen acciones y colaboren en tiempo real. De este modo, los asistentes virtuales, robots industriales o plataformas analíticas pueden actuar como neuronas en una red distribuida, elevando sus capacidades individuales al conectarse en enjambres inteligentes. Más de 50 gigantes tecnológicos como Salesforce, Atlassian o PayPal se sumaron desde el principio, evidenciando el enorme potencial de esta arquitectura abierta.

La combinación de MCP y A2A inaugura un nuevo paradigma: una inteligencia artificial colectiva, capaz de aprender, actuar y evolucionar en red. No se trata solo de modelos más grandes, sino de agentes que cooperan, se comunican y construyen juntos. Esta transición, sin embargo, no está exenta de desafíos. La interoperabilidad plantea riesgos de seguridad, privacidad y control de acceso. Sin estándares éticos rigurosos, la apertura podría convertirse en vulnerabilidad.

La verdadera revolución no vendrá de una IA que gane al ajedrez, sino de cientos de agentes colaborando para resolver problemas que hoy ni siquiera imaginamos. A2A y MCP son los primeros ladrillos de una civilización digital emergente. La grandeza de esa civilización no dependerá solo de su capacidad técnica, sino de su habilidad para respetar los principios que hacen valiosa la cooperación humana: confianza, transparencia y responsabilidad. Los agentes han despertado. La historia apenas comienza.

Marketing: 📢

Triggers: El Arte de Vender Sin Gritar y Permanecer en la Mente del Consumidor.

En el vasto universo del marketing, donde miles de mensajes compiten cada segundo por un lugar en la mente del consumidor, solo unos pocos logran permanecer. ¿Por qué algunas marcas se graban con fuego en nuestra memoria, mientras otras se desvanecen sin dejar rastro? La respuesta puede estar en algo aparentemente simple, pero profundamente poderoso: los triggers. Estos estímulos —visuales, sonoros, contextuales o temporales— actúan como llaves invisibles que, al activarse, abren la puerta al recuerdo automático de una marca. Son como ecos plantados en la cotidianidad, esperando el momento exacto para resonar.

Pocos ejemplos ilustran esta estrategia con tanta maestría como el de KitKat. En 1957, la marca lanzó su icónico eslogan “Have a break, have a Kit Kat”, posicionándose como el dulce aliado de las pausas diarias. Sin embargo, la verdadera genialidad surgió medio siglo después, cuando en 2007 KitKat enfrentaba una dura caída en ventas. Lejos de rendirse, los estrategas de la marca observaron con atención los hábitos de consumo de su audiencia. Descubrieron un patrón revelador: muchas personas acompañaban su café con una barra de KitKat. Lo que podría parecer una coincidencia anecdótica se convirtió en una jugada magistral.

KitKat no solo reconoció ese vínculo, sino que lo amplificó. Redefinió la pausa del café como un ritual en el que su producto tenía un papel protagónico. No bastaba con decir “haz una pausa”; ahora era “tómate un café… con un KitKat”. Ese pequeño giro conectó al producto con uno de los hábitos más arraigados del mundo moderno. Cada vez que alguien preparaba una taza de café, el recuerdo de KitKat se activaba casi sin pensar. Y ese trigger, repetido miles de veces al día en oficinas, cocinas y cafés alrededor del planeta, revitalizó las ventas y devolvió a la marca su lugar en la conversación cultural.

Jonah Berger, en su libro Contagious: Why Things Catch On, lo explica con claridad: los triggers son como cebos mentales. Si logras asociar tu producto con un estímulo cotidiano y recurrente, aumentas exponencialmente las posibilidades de que las personas piensen en él sin que tú se lo recuerdes. No necesitas gritar para ser recordado; solo necesitas estar presente en el momento justo.

La lección de KitKat es clara: no basta con tener un buen producto ni una frase pegajosa. En un mundo saturado de información, el verdadero poder está en saber colarse en la rutina del consumidor. Hacer del producto una parte de su paisaje mental, un reflejo casi automático ante ciertos estímulos. Es ahí donde los grandes del marketing no solo venden, sino que trascienden. Y es ahí donde los triggers se convierten en armas épicas de recordación, persuasión y lealtad. Porque en el campo de batalla por la atención, el que controla el momento… controla la mente.

Negocios en Latinoamérica: 📈

The Tamale Company: Una Historia de Amor, Masa y Mestizaje Tex-Mex que Conquista Corazones a Cada Bocado.

En el corazón de Dallas, Texas, se cocina una historia de amor, sabor y cultura que trasciende fronteras: la historia de The Tamale Company. No nació en una sala de juntas ni de un plan de negocios elaborado, sino en la pasión de una familia que convirtió sus raíces en una receta de éxito. Desde un humilde carrito en 2008, Elizabeth Plimmer-Fernandez, nacida en Duncanville, Texas, e Israel Fernandez, originario de Xalapa, Veracruz, México, unieron no solo sus vidas, sino también sus tradiciones culinarias, dando origen a una marca que rinde homenaje a la memoria, el sabor y el mestizaje.

La empresa creció con la fuerza de la tierra texana y la herencia veracruzana. Esta combinación de culturas no fue un adorno superficial, sino la esencia misma del producto: tamales que honran las técnicas ancestrales mexicanas, pero que también dialogan con el paladar contemporáneo del consumidor estadounidense. Libres de manteca, sin gluten, aptos para veganos, en empaques al vacío listos para hervir o microondas, sus productos no solo respetan la tradición, la reinventan con elegancia y modernidad.

Cada tamal es un puente entre dos mundos. Las recetas familiares, como el mole casero preparado por Mica, madre de Israel, no solo sazonan la masa, sino que infunden el negocio con un alma que no se puede fabricar en serie. La sazón de una abuela mexicana se encuentra con la visión empresarial de una texana comprometida, y de esa conjunción emergen sabores que conquistan desde los mercados de agricultores locales hasta mesas en todo el país gracias a su tienda en línea y su tienda física, The Bodega.

The Tamale Company no vende comida. Ofrece identidad. Cada bocado lleva consigo el eco de una historia compartida, una danza entre lo que fuimos y lo que aspiramos a ser. En un país donde la diversidad a veces divide, esta empresa demuestra cómo la mezcla de culturas puede ser una fuerza creativa, una fuente inagotable de inspiración y autenticidad.

El éxito de The Tamale Company no reside solo en la calidad de sus ingredientes o en la eficiencia de su distribución. Su grandeza está en la historia que cuentan sus fundadores cada vez que enrollan un tamal: la historia de un país hecho de muchas voces, de muchas mesas, de muchas cocinas. Es la historia de cómo Texas y Veracruz, tan distintos y tan cercanos, pueden convivir en una hoja de maíz y hablar un idioma que no necesita traducción: el del sabor honesto, el del cariño hecho masa.

En un mundo saturado de productos sin alma, The Tamale Company se alza como un estandarte de lo auténtico. Y su épica apenas comienza.

Este newsletter fue creado por Hispanicpreneurs. ¿Fue enviado por un buen amigo? Regístrate aquí.

Reply

or to participate.